Cornezuelo de centeno, un hongo de la clase ascomicetes, en
todo el mundo se le conoce como Claviceps purpurea.
En la edad media se producen terribles epidemias
consideradas como castigo divino, cobrándose miles de vidas, se llamaban fuego ardiente,
fuego de San Anton, fuego sagrado, baile de San Vito, corea… Muchos siglos se
tardaron en descubrir la conexión entre la presencia del cornezuelo en el
centeno y la causa de este mal “enviado del infierno”, no contagiosos y que
causaba los mayores estragos entre las gentes de la más humilde condición, a
los que se les vendía la harina de centeno infectado con cornezuelo. Fueron muchos
miles las personas que murieron en toda Europa víctimas de la ignorancia propia
de aquellos tiempos.
Otro día contaremos más
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